viernes, 18 de diciembre de 2009

"La Pajarita"


"La Pajarita"Era un día hermoso, un poco nublado, estaba por ser rematada una casa grande, con todos sus muebles, cuadro y otra cosa.
Juan estaba mirando un cuadro, de pronto llegó un señor, un poco gordo quién le preguntó:
Señor:- ¿Qué hace aquí mirando esa pintura?
Juan:- Miro ésta pintura porque es de mi familia.
Señor:- ¿Otra pregunta, puede ser?
Juan:- Sí, dígame nomás?
Señor:- Esa la pajarita, ¿Por qué está apoyando en el hombro de esa mujer?
Juan:- Muy bien, esa historia es simple, simpática y muy alegre.
Había una vez un muchacho de 20 años que vivía en una casa hermosa, con un patio grande, muchas flores en el jardín y un árbol gigante.
El joven salió el patio de pronto la vio, el ave estaba caído en el suelo. El muchacho la tomó entre sus manos, y se llevó adentro. Él la miró y encontró que tenía una alita rota.
La curó porque él es médico y el consultorio estaba adentro de la casa. En su propio consultorio además realizaba experimento con animales para curar a enfermo terminales.
A la mañana siguiente, mientras el joven escuchaba música sentado en el patio, el ave estaba bailando alrededor de él. De repente, se levanto y bailó con ella. Más tarde, la tomó con sus manos y se la llevó hacia su pecho.
Esta se repetía todas los días.
Un día el muchacho entró a su casa y al regresar al cuarto de experimentos vio que la pajarita estaba sobre una lata que contenía químicos. Tomó un poco de ese liquido y un explosión acompañada de un temblor que movía todo el lugar convirtió a la pajarita en una mujer.
El muchacho, al verla, se enamoró de su belleza. Al poco tiempo se casaron y tuvieron un varón.
Cuando Juan terminó de contar la historia, el señor robusto la sintió un poco emocionado y le dijo:
Señor:- ¿Está bien, usted?
Juan:- Sí estoy bien, que le pasa es que ésta historia es de verdad, y yo soy el hijo de esta historia.
El hombre le dijo a Juan.
Señor:- ¿Usted sabe quién soy yo?
Juan responde:
Juan:- realmente, no.
Señor:- Yo soy el comprador de todo esto, pero al verlo a usted tan triste, levanto la hipoteca de la casa.
El personaje de esta historia estaba agradecido y muy feliz.
Autor: Héctor D Burini

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