No había nada en este mundo, había puro humo, incendios, se quemaban las casas y los edificios. Se olía a podrido, a pólvora y el cielo estaba cubierto de humo sin llegar a verse las nubes.
De pronto, de la nada, apareció un muchacho de 20 años, su casa estaba hecha pedazos y solo quedaba su habitación y la cama. El muchacho había quedado atrapado debajo de la cama, cuando pudo, la tomó con sus dos manos y con los pies la empujó y logró darla vuelta. Así pudo levantarse al suelo. Miró a su alrededor y vio todo destruido por completo. No había nadie, no se oía ni ladrar a un perro, tampoco cómo estaba el clima, ni siquiera si era o de noche, era puro humo espesó.
El joven caminó un poco pero se sentía mareado, por eso se sentó en un pedazo de tronco de un árbol que parecía que lo habían cortado con un serrucho. No sabe qué ocurrió, que pasó pro de pronto si supo qué ocurrió.
Los tres días antes que ocurriera esto, él estaba sentado en una sala, cursaba el último año, estudiaba para ser abogado. Cuando terminó la clase, guardo el cuaderno en la mochila y se fue a su casa. Vivía con su abuela en una casa pequeña. Llegó a su casa y encontró la comida en la mesa, su abuela trabajaba doméstica por horas. Guardo la mochila en su pieza, fue caminando hasta comedor y se sentó en la mesa y después prendió el televisor. Las noticias las daba un señor periodista que decía:
Periodista:- Ya hace un mes que empezó la guerra entre EE.UU y Corea del Sur, hay varios muertos y herido.
Escuchaba las noticias mientras decías por dentro. "Esta guerra no sirve para nada, para lo único que sirve es para destruir el mun...
No terminó la frase cuando entró la abuela, él se sorprendió al verla porque nunca llegaba temprano. Ella cerró la puerta con llave y la colgó en el lugar de siempre después se acercó a su nieto.
Nieto: - ¿Qué dice abuela?
Abuela: - ¿Qué tal, sorprendido he?
La abuela se sentó a la mesa junto a su nieto, vio que quedaba un poco comida y se sirvió.
Nieto:- ¡Sí! La verdad me sorprendiste. ¿Qué le pasó que viniste temprano?
Abuela: - Vine temprano porque la señora donde trabajo llegó temprano y me dijo que me viniera para casa y me tomara el fin de semana para descansar. ¿Qué mirás por la T.V.
Nieto:- ¡No es nada! ¡Esta maldita guerra, abuela!
No le dijo nada a su nieto porque él tenia razón, esta guerra es inútil. Se paró llevándose los platos a la cocina ara lavarlos. Su nieto se prepara para ir a jugar con sus compañeros. A la abuela se la ocurrió algo.
Abuela: - Carlitos, se me ocurrió una idea, ¿vamos de picnic el sábado?
Carlitos no escuchaba porque estaba en su cuarto cambiándose de ropa. Ella gritó más fuerte.
Abuela:- Carlitos, se me ocurrió una idea. ¿Vamos a ir de picnic el sábado?
Nieto:- ¡Sí, abuela, te escuchó! ¡Estoy en mi cuarto cambiándome de ropa, enseguida salgo!
Carlitos salió su cuarto y fue directo a la cocina para decirle que sí, después la besó en la frente y se macho. La abuela se quedó sola, terminó de sacar los platos y sentó en la silla. Por dentro pensaba. ¿Qué buen muchacho, que lástima que sus padres no estén para verlo?
Cuando Carlitos tenia 5 años perdió a sus padres y quedo de su abuela. Ellos tuvieron un accidente de autos cuando iban a cruzar la vía de tren, sin darse cuenta cruzaron y el ten los atropelló.
Ya llegó el sábado para ir de picnic. Carlitos estaba en su cuarto preparando sus cosas, su abuela está en la cocina preparando algo para comer.
Carlitos estaba listo para salir, de pronto sintió que algo se movía en su cuarto y que su abuela lo llamaba.
Abuela:- ¡Carlitos, Carlitos! ¿Qué pasa, que esta sucediendo?
Nieto:- Voy enseg...
No terminó la frase cuando más fuerte se sintió otro temblor y se metió debajo de la cama. De repente escuchó una explosión más fuerte todavía.....
Él estaba sentado en ese pequeño tronco y nuevamente pensaba, esa maldita guerra me destruyó la única familia que tenia.
De pronto apareció una muchacha de unos 25 años y le toco el brazo. Carlitos la miró sorprendido. La muchacha lo tomó del brazo para ayudarlo a levantarse. Él quiso decirle algo pero no pudo, ella con su mano le tapó la boca.
Los dos jóvenes se fueron caminando, en el camino vieron a otra persona y después a otra.
Todos comenzaron a buscar su nuevo destino.
Autor: Héctor D Burini
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