Un camión llevaba maíz. El conductor un gordo, muy alto, pelado y siempre esta alegre, se llama
Negro
Viaja todo el día. Siente un hambre de feroz. Maneja desde las siete de la mañana para ir a San Juan. Él estaba en un rico pollo asado.
No encontraba la casa de la comida, de pronto ve un Restaurant Chino. Frena de golpe, las ruedas largan unas chispas y lo vio ¡Un Restaurant Chino! ¿Qué raro? Y bueno, voy a bajarme a ver que pasa.
Ya estaba adentro, había muchas mesas y poca gente, era muy lujoso Negro se sentó a una mesa y vino un chino entregó una carta y vio que estaba escrita con letras chinas. Hablaron con señas, el chino le señalo estaba muy gordito Negro estaba apurado para comer.
Vino la bandeja de comida con una botella de leche Negro mira- a los ojos al chino- ¡¡¡impresionado!!! Y el chino señala con un gesto que no hay vino y se fue Negro empezó a comer y sintió un gusto raro y lo llama el chino, le dijo: - ¿Qué comida rara, qué es?
Chino le dijo: - "Esta usted comiendo un gato".
Negro escucho y empezó a templar, su oreja creció y su cuerpo se chico, crecieron pelos y se trasformo un gato y se escapó. El chino lo persiguió para darle un palazo en la cabeza.
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1 comentario:
Pobre Negro. Pero peor hubiera sido comer calamares y trasformarse en un calamar, ¿no? Un gato manejando un camión llama menos la atención que un calamar. Digo yo, no sé.
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