martes, 4 de junio de 2013
El escritor
Héctor Daniel Burini
Era una noche oscura, llovía fuerte, yo estaba en una ambulancia, había muchos policías y bomberos. La casa destrozada por el fuego. Me llevaron al sanatorio.
Relato la historia de mí propia vida, no recuerdo mucho, pero ya sé lo que me pasó.
Soy un escritor, trabajé un tiempo de periodista, no soy tan famoso pero, me defiendo. ¿Ustedes quieren saber qué me pasó?
Hace dos meses atrás, estaba sentado en un bar tomando un café con leche y una media luna, leía el diario y llamé a la camarera, le pagué. Sentí que me miró con mirada de enamorada. Me fui de allí.
A la mañana siguiente estaba en el banco, pagando mis impuestos y allí la vi. ¡Era la camarera del bar!
Me acerqué y la invité a tomar un café.
Charlamos un poco de nuestras vidas. Me fui de ahí.
Caminé hasta mi casa, mientra pensaba en esa muchacha con mirada enamorada.
Ella era rubia de cabello corto, delgada, con una sonrisa blanca como una nube. Se llamaba Juana. Algo en ella era extraño.
Llegue a mi casa, acomodé un poco el desorden, me fui a duchar y cuando estaba terminando sonó el teléfono.
No tenia ganas de atender, pero a pocos segundos levanté el tubo y era ella. Me preguntó si tenía gana ir a pasear. Le dije que sí.
A los pocos días era mi novia. Bueno, yo no tenía muchas ganas de tener una novia pero insistió tanto que acepté.
A la semana siguiente fui a la casa de mi novia a conocer a su familia.
Cuando llegué, toqué el timbre y salió una mujer en una silla de ruedas. Me sorprendí al verla y le pregunté si allí vivía Juana.
Si, respondió la señora, soy Rosa, adelante.
Ella me contó que era la hermana gemela y que cuando tenía 20 años tuvo un accidente: un auto la atropelló. Ella estudiaba cómo desactivar bombas.
Yo relataba un poco mi historia cuando llegó Juana. ¡Una diosa! Llevaba un vestido rojo fuerte y su pelo lacio caía suave sobre su tez.
Charlamos un poco y tomamos mate con masitas que había llevado. Me sentía muy extraño, después de una hora me fui.
En varios encuentros notaba que mi novia estaba un poco rara, le pregunté qué le pasaba. Me dijo que nada, dudosa, y luego se animó, dijo que la hermana estaba celosa.
Inquieto fui a hablar con Rosa y discutimos un buen rato sobre por qué yo le gusta a ella.
Caminando hacia mi casa, hablaba en voz alta como si estuviera loco. No me contó que tuviera una hermana gemela ¿Por qué ocultarlo?
Fui de mi amigo Felipe, que es policía para que investigue quién era Juana, que tenía una hermana y le di los datos de ella.
Unos días después Felipe me dio un informe escrito. Sentado en una silla, al lado de la estufa comencé a leerlo, era un papel viejo y no se notaba lo escrito, me llevo mucho tiempo. Terminé de leerlo y supe como era la historia.
Llame a Juana para ver si podía ir a su casa.
Cuando llegué encontré la puerta medio abierta, entré y Rosa estaba en su silla y tenia las manos atadas sobre el borde y entre la pierna tenia una bomba con un reloj que en 30 segundo iba a explotar, tic-tac, tic-tac. Me acerqué y mientras me decía que Juana era …. ¡Yo no lo podía creer! Desaté sus manos y no llegué a desarmar la bomba, ella no pudo terminar la frase ….y yo me tiré hacia la ventana y la casa voló en mil pedazo.
Por unos días estuve en el sanatorio leyendo el informe que decía:
Señor escritor le mando los datos ¿Quién era Juana?
Averiguamos que vivía con una hermana gemela que estaba en silla ruedas, que la cuidaba mucho su madre, que tenía un novio y resulta que la madre se enamoró del joven y se peleaban muchas veces por él.
Una noche la madre no soportó más, tomó un revólver, entró en la pieza donde estaban las dos hermanas y tiro, hirió a Rosa. Juana se levantó, le sacó el arma a la madre y la mató.
Estuvo internada en un manicomio por 10 años. Hace un mes que salió de allí.
Atte, el inspector.
Yo estaba en la vereda del sanatorio y pensaba: Juana había salido del manicomio. ¿Estará curada?
No sabremos qué paso por la cabeza Juana….
04/01/2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario