jueves, 9 de agosto de 2012

Una mañana insólita
A Mario le gustaba mucho mirar televisión, en particular mirar los deportes que usaban pelotas. Su pieza estaba llena de pelotas. Las había de fútbol, básquet, tenis, voley, rugby, de golf, ping-pong, billar … Su padre preocupado, lo llevaba a los médicos para que le dijeran que le pasaba a su hijo, pero ninguno encontraba una respuesta. Una noche a Mario le dolía mucho cabeza y no le dijo su padre y subió a su habitación. Tomó algo para calmar su dolor y se quedó dormido. A la mañana siguiente, cuando despertó no veía nada, no oída nada y con su mano toco su boca y no había nada. Aterrorizado palpó su cabeza ¡su rostro había desaparecido! Tenía una cabeza en forma de pelota.

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