martes, 11 de mayo de 2010

El Coleccionista


En un valle de Catamarca vive Roque. Él es gordo, barbudo y tiene 34 años.
Una mañana hacia mucho frío y Roque estaba en su querido
salón – museo, sentado en su sillón, leyendo el diario. Él era coleccionista de cabeza de animales.
Odiaba los animales. Cuando tenía 14 años sus padres tuvieron un accidente. Iban a caballo por la montaña y los sorprendió una tormenta de lluvia y viento. Los caballos se asustaron, se cayeron al piso y uno de los animales le dio una coz en la cabeza a su padre y la madre llegó sin vida al hospital. Roque enceguecido e impotente mato los dos caballos. Se hizo cazador vengativo.
Terminó de leer el diario, lo puso sobre una mesita de vidrio, se levantó del sillón, dio un bostezo y miró su querido salón de museo. Tenía muchas cabezas de animales y le faltaba una cabeza: ¡la de un león!
En ese momento sonó el teléfono y atendió.
Mientras, en África, donde había muchas peleas raciales, en una aldea estaban preocupados por un león. Un león distinto a otros leones, de color gris con una melena suave y limpia. No ataca como otros para comer, su presa favorita son cazadores.
Los habitantes de la aldea contrataron un cazador, gordito y de 33 años, para cazar a ese león.
El cazador estaba en su choza limpiando la escopeta, cuando escucho un ruido. Tomó la escopeta y fue caminando hacia la puerta, salió y no vio nada. Caminó alrededor de la choza, no encontró nada; finalmente entró. No podía creer lo que veía; ahí estaba el león. El cazador no hizo tiempo y el león se abalanzó sobre el hombre y lo mató. El león lo agarró con los dientes del hombro y se lo llevo a su casa.
En otra parte del mundo, Roque viajaba a África en avión, cómodo, mirando televisión. Pensaba en aquella llamada. Cuando atendió y del otro lado del tubo, un señor lo contrataba para cazar un león especial. Hoy, ese hombre lo esperaba en el aeropuerto, en puerta dos.
Roque no tenia muchas ganas de viajar, porque ese día celebraba el 25 de Mayo que para él era sagrado.
Estaba dormido en la butaca del avión y de pronto tuvo ganas de ir al baño, fue y cuando estaba sentado en el trono sonó el Himno Nacional. ¡Se paró en seco! …. ¡Se eeennsució todo el pannntalón! ¿Qué hago ahora?
Afortunadamente un pasajero le prestó un pantalón.
Al rato llegó a África.
Roque se subió a un taxi para que lo llevara a un hotel. Unas pocas horas después llegó, al hotel, el señor que lo había llamado a Catamarca. Era el jefe de la tribu, que se llamaba Los Taílos. Hablaron y organizaron el plan.
A la mañana siguiente, subieron a un sheep Roque, el jefe y tres baquianos que salieron a la caza del león por un camino de tierra.
En el trayecto vieron muchos animales: manada de jirafas, de búfalos, cebras que corrían, una elefanta con su cría, en el cielo una hermosa bandada de cigüeñas y allá, a lo lejos una arboleda donde acampar.
Llegaron al lugar, se bajaron los cinco ocupantes, sacaron sus equipos y se fueron a caminar, querían reconocer la zona donde murió el cazador.
Todo el día rastrearon el lugar y no encontraron señales del extraño animal. Llegó la noche, hicieron un fogón, comieron y se fueron a dormir. A medianoche sintieron un ladrido furioso que lo escuchaban hasta los muertos.
Al día siguiente, se levantaron y siguieron su ruta por un largo rato. Roque iba en el sheep y con la larga vista observaba el exterior y de pronto ¡lo vio! El león estaba escondido detrás de unos arbustos
Le dijo a los otros: –No se mueva nadie, voy contra él.
Roque bajo suavemente y caminó hacía el león como si tuviera un duelo con la fiera, parecía una escena de un western.
Los dos se acercaron lentamente, Roque apuntó con la escopeta, y el león se abalanzó sobre cazador. Roque apretó el gatillo, el tiro…
Una semana más tarde, llovía, en una montaña había casita donde vivía el león con su leona. Ella le limpiaba la melena mientras él apreciaba sus trofeos de cabeza de cazadores.

13 comentarios:

La Morsa a la Deriva dijo...

Muy bueno!

Martín dijo...

Hola Daniel. Acabo de leer varios de tus cuentos y de todos ellos, el que más me gusto es éste, por eso decidí dejar aquí mi comentario.
Por lo que vi, tienes una gran imaginación y la ejecución de las historias es muy buena.

Puedes estar seguro de que seguiré leyendo tus cuentos, a medida de que vayas publicándolos y de vez en cuando dejaré un comentario.

Pit. dijo...

Hola Daniel!

Muchas gracias por visitar mi blog, el cobayo, eres bienvenido cuantas veces quieras. Me alegra muchisimo te gusten mis trabajos!

Estuve leyendo algunos de tus cuentos y me parecen fantásticos. Como dice Martín en el comentario anterior, sin duda se nota tú grán imaginación. Que suerte encontrar un espacio para que puedas compartirla con nosotros.

Un abrazo grande desde Montevideo!
Pit.

Vicky dijo...

Nuestras vidas solitarias a veces son enfrentadas por otros iguales, con la diferencia que éstos tienen un vestido diferente. En algunas ocasiones nuestros grandes rivales son tan parecidos a nosotros...

Rebeketa dijo...

Hola Daniel, enhorabuena por el cuento. Como ya te han dicho, tienes mucha imaginación.

Lo que más me ha gustado de esta historia es que, como muy bien expones, no somos tan diferentes de esos grandes animales cazadores... Me ha encantado la imagen de la leona y el león en su casa, con los trofeos. No sólo es una historia bonita en cuanto a la forma, sino también en cuanto al contenido.

Gracias por compartirla con nosotros.
Un beso!

Sandra Sánchez dijo...

Este también me ha gustado Héctor, sin duda derrochas imaginación, este me hace pensar un poco en el mundo al revés no?...muy bueno.
;)

Rodrigo Cerda dijo...

Hola Daniel lei tu comentario, te sigo ahora, leí el articulo del el Coleccionista, es una buena historia, algo injusta para el cazador, se cagó los pantalones, vivía solo al parecer, era gordo, no era muy gran cazador ni era insolente, faltó quiza algo de petulancia, y la historia del león no dice mucho hacerca de su mérito...la idea es muy buena, me gustaría que fuera más extensa...seguiré leyendo tu blog y te escribire apenas pueda...saludos.

Iván dijo...

Hola amigo, te sigo leyendo, y en realidad extrañando un poco los miercoles a la mañana. Espero que juancho te siga ayudando con esto de ser un gran blogger. En poco tiempo inauguro el mio, UN ABRAZO, QUERIDO DANIEL!!!

Nel dijo...

Querido Dani, he estado leyendo algunos de tus relatos (en los que te he escrito un comentario), y también éste.
Me ha gustado mucho, porque se ve la otra cara de la moneda, se invierten los papeles, pero en realidad es lo mismo...
La gente se escandaliza cuando escucha que un animal ha matado a una persona, y en realidad hay muchas más personas que matan animales, e incluso más personas que se matan entre ellas mismas... Entonces, ¿quién es realmente más salvaje, más animal...? Creo que tenemos mucho que aprender de los animales.

Por hoy dejo de leer, pero procuraré pasarme más veces a leer tus escritos y darte mi opinión cuando pueda, ¿vale?

Gracias también por tus comentarios, los aprecio mucho.

Un beso.

Patri S. dijo...

Y así es un cuento, cuando el punto de vista del ser humano deja de ser tan egoísta y se encuntra frente a frente, con aquello de lo que bociferamos, de lo que nos quejamos y no reparamos.

Me ha gustado mucho el cuento y más, porque da un poco de entendimiento al mundo animal, tan distinto al del ser humano, porque ellos son tan bondadosos y sin la ambición del ser humano.

Te dejo un gran beso, Daniel. Espero seguir leyendo más, pasaré seguido para disfrutar tus entradas anteriores.

Patri S.

Jules dijo...

Hola! Descubrí tu blog por casualidad, y que grata sorpresaa, me encantaron tus cuentos! Todavía no pude leerlos todos pero en estos días pienso continuar (: te felicito!

Por cierto, yo también soy rosarina, aunque hace varios años que vivo en Paraguay. Todos los años vuelvo a nuestra ciudad, y la amo.

Felicitaciones una vez más y te sigo leyendo!

Pit. dijo...

Hola Danie, como estas?

Dandome una vuelta por tu blog nuevamente para saludar y releyendo alguno de tus cuentos. Sin duda este de Roque es muy entretenido, me gusta la vuelta de tuerca del final.

Saludos!

Almendra dijo...

Muy bueno!
Qué imaginación :)

Se dio vuelta, ahora era el león el que cazaba hombres para coleccionarlos... Muy bueno

Besos!