viernes, 9 de octubre de 2009

Un mundo diferente


Había unas vez, un mundo diferente por qué todos los que vivían eran zapatos, como unos dibujos animados.
Esta historia comienza así.
Una mañana lluviosa y muy húmeda, en una casa estaban un matrimonio de zapatos y su joven hijo zapato, muertos.
Un botín de fútbol estaba en curda en la calle y vio salir a las botas caña alta, que eran asesinas. Él aviso la policía.
Vinieron unos policías zapatos en un monopatín que tiene arriba un alambrecito con una sirena. Era todo miniatura. Se bajaron el inspector y la sargenta.
El inspector zapato abrió su paraguas. Es un hombre un poco sucio, tiene unos bigotes largos, anchos y para colmo anoche fue a bailar, vino a las tres de la mañana y tiene pocas horas de dormido.
Veamos, ¿Qué sucede aquí?, dijo Zapato inspector a la sandalia sargenta. Entran en la casa y descubren que hay tres personas muertas en diferentes lugares.
Zapato Inspector saco una lupa, en el baño encontró al jefe de la familia, un mocasín, le dieron una paliza bárbara y lo ahorcaron con una soga.
Fue a la cocina y encontró a la señora, un taco alto, su pelo largo, morocha. Estaba trozaba y también ahorcada.
Por último fue a la pieza, ahí estaba el joven hijo, una bota corta, ahorcado. ¡Que olor insoportable!
Inspector Zapato dijo:- Los tres crímenes fueron iguales. ¿Cómo se llaman? Averigüe todo, le dijo a la sandalia sargenta.
¡Qué olor insoportable! La sandalia sargenta, que es delgada y usa un rodete, le dice: - Si, señor. Mire, la cama, parece se estaba limpiando en la sabana, es bosta.
Zapato inspector de policía ordenó saquen fotos de toda la casa.
Como tenía sueño, se fue a dormir.
Paró de llover.
A la mañana siguiente, fue su oficina, su escritorio esta lleno de papeles, tiene una lámpara vieja. También había una foto su señora, una zapatilla de pelo corto y un vestido rojo. En su brazos, su hijito de un año, zapatito. Él estaba bien lustrado y perfumado, brillaba como un sol.
Se sentó en su silla, prendió su habano y largo una bocanada de humo que forma de círculos, al estilo Columbo. Llamó al sargento sandalia para pedirle el informe.
Vino enseguida, entró; estaba muy elegante con su pelo atado forma de cola. Entregó el informe al jefe y se fue. Él pensó “la sargento está cada día linda”.
El jefe fumaba y largaba bocanadas de humo mientras leía el informe varia veces. En este crimen todos fueron ahorcados. Su única duda era la mierda que estaba en el escenario de los crímenes. Pensó que los asesinos eran tipos grandes. Llamó por el intercomunicador al sargento sandalia y le dice: - ¡Por favor, urgente, para mañana averigüe si el matrimonio Watyon tenía parientes!
Salió de su oficina, subió su coche muy particular: Era una carretilla, el volante era de cartón, en el techo tenia una tela gruesa de color blanco con lunares rojos.
Llegó a su casa de fósforo, también muy particular. Los muebles eran de alambre grueso tapizados en algodón, la cocina era un broche de ropa y su pieza de papel con una cama de lata de atún grande.
Los tres estaban en la mesa, su hijito en el cochecito hamaca. Él le dice su esposa: - Elena hoy se cometió un crimen que no puedo resolverlo.
Elena:- Batí, vos siempre resolves los crímenes, ¿Por qué te molesta tanto este crimen?
No sé. N o terminó la comida, pensaba que su señora tenía razón. Los beso a los dos y se fue a dormir. Una pesadilla sobre este crimen no lo dejaba soñar.
A la mañana siguiente llegó a su oficina. Vio sobre su escritorio un sobre de color azul, abrió, sacó el informe, leyó: “Tres botas largas eran hermanas de la señora de Watyon. La señora Wayton se había
ganado un billete de $50.000.000.- y los asesinaron para robarle el dinero”.
Cuando terminó leer lo llamó al sargento para organizar un plan y buscar a los asesinos. Él le explica al sargento que por la herencia las tres botas largas, hermanas de la victimas, son las criminales. Salieron corriendo a la calle y subieron al mono patín
Llegaron a una casa chica, todas de ramas. El Inspector zapato tocó la puerta, y desde adentro, alguien dice: - ¿Quién es?
Inspector:- ¡La policía, abran!
Los asesinos escucharon y se escaparon. El inspector le hace una seña al sargento, que vaya detrás de la casa. La sargento atrapó uno de ellas y el inspector atrapó las dos. Una de ellas le dijo: - ¡Nosotros no hicimos nada!
Inspector: -¡Sí, mataron a sus parientes por el dinero que habían ganado, y además unos de ustedes tiene bosta en su bota! Lo miró a cada uno de ellas a ver quién tenia bosta.
Lo llamaron de estación de policía. Vinieron con un pequeño camión-jaula para en cerrarlas. La sargento preguntó: ¿Cómo sabia tenía bosta?
Inspector:- Muy fácil, querida sargento, le miré abajo la suela, nunca se lavó. Se fueron caminando, pero la sargento no estaba convencida.

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