lunes, 1 de febrero de 2010

Drácula

Estaba enana barco, orillas del Paraná. Tres de la mañana. Había neblina muy espesa, muy espesa, no sé vía nada.
Al rato apareció él, con ataúd, lo arrastró, lo puso al suelo y dice:- Vengo aquí, Argentina. Me dijeron la mejor sangre y ahora voy buscarme donde vivir ya pronto amanecerá.
Al día siguiente amaneció un cielo hermoso y un sol brillante. Daniel de 20 años estaba caminando por un cordón de la vereda y encontró una casa abonada. Vio algo muy extraño en esa casa, la ventana estaba con madera clavada y no sé vía nada y miró la puerta, no pudo abrirla. Así buen rato. Cuando él se iba, la puerta se abrió sola, entonces entró y estaba muy oscuro- un segundo después se prendió la luz, de sorprendió cuando vio un ataúd. El muchacho estaba muy asustado y se orinó encima. Tomó un poco coraje y se acercó el ataúd. En ese momento el conde se levantó y dijo:- ¿Qué esas haciendo aquí?
El muchacho estaba muy asustado y salió corriendo u de pronto se golpeó la puerta y se cerró y él rompió la nariz, se cayó al suelo. Ser arrastró y pudo escapar ahí.
La noche estaba muy oscura y había pocas luces, el viento suave olía podrido. De pronto apareció Drácula, estaba volando bajó al suelo y dice en voz baja:- ¡Qué linda esta noche!
La gente no sale a la noche, me voy a caminar a ver que encuentro por ahí.
Drácula iba caminando, con la mano se tocó la barriga, le dolía mucho, se le salían las tripas. A lo lejos se encontraba un vago tomando un vino. Cuando el conde lo vio corrió.
En la carrera piso caca de perro y se cayó de jeta al suelo. El vagabundo ría: ¡Ja, ja, ja!, pisó caca de perro, ¡ja, ja!
Se levanto del suelo, le dijo:- ¡Te chuparé toda la sangre!
Drácula muestra su dos diente brillante, el curda lo miró sorprendido y el conde le agarró la cabeza, inclinó el cuello y le sacó toda la sangre.
¿Qué gusto tiene esta sangre? Y se marchó de ahí en curda y caminó pocas cuadras y se cayó en un pozo, y salió allí lleno de mierda. Le dolía la cabeza por el golpe, vio una farmacia abierta, caminó hacia allá, golpeó la puerta, entró y el dueño lo miró con una cara rara.
Pensó:- “Este tipo no me gusta para nada y tiene olor vaca podrida” Después dice:- ¿Señor se siente bien? ¿Está asqueroso?
El conde vio tenia una cruz y se tapó con su capa y dice:- Me caí un pozo, ¿Me da algo para la cabeza?
El farmacéutico se fue adentro buscar algo, “Este tipo es un bolu… no me gusta nada, le voy hacer un regalito, le doy un purgante con gota” Salió del cuartito:- Tome esto y en un esto estará bien.
Salió de ahí, se fue apurado. La noche estaba fría lloviznaba.
Drácula siente que le duele la panza pero no lleva apunte. Al rato lo vio una mujer estaba en la parada de ómnibus y de acercó la mujer para atacarla cuando le vinieron ganas y corrió a la plaza enfrente y la pobre mujer sorprendida se desmayo. Él quedo flaco como un escarbadientes.
A la mañana siguiente estaba lloviendo a cántaro, otra vez Daniel fue misma casa a ver si era real o no. Sí estaba ataúd. Lo vio y se fue.
La ciudad estaba inundándose, la lluvia, el vampiro estaba sentado sobre cornisa de la terraza gritando:- ¡No hay nadie, la gente no sale de noche y mi panza ruge, necesitó comer más! ¡Este país que me dijeron tenia la mejor sangre! ¡Eeeeh!
¡Estoy como una cancha de bocha y me voy este paiiis!
Se paró, se resbaló y se cayó al agua y s llevó la corriente.
Él hizo fuerza, mucha fuerza alcanzo un árbol, subió y trasformó en vampiro y después se fue al puerto. Tenia algo en la garganta, escupió y era un pececito.
Siguió caminando y se encontró con Daniel. El conde dice:- Vos SOS el muchacho que iba toda la mañana a mi casa ¿eh?
El muchacho dijo sí. El vampiro tenía una bronca bárbara porque no dejó dormir y con un gesto lo tomó por cuello y le chupó toda la sangre. ¡Qué asco esta sangre, es amarga!
Cuando miro el cuerpo leyó en la remera una inscripción que decía: “Yo tengo SIDA y… ¿UD?
El vampiro pensó ¡soy un pelo…! Y triste abordó el barco rumbo a Pennsylvania.


Autor: Héctor D Burini

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